Manchas faciales, no todas son iguales

Manchas faciales, no todas son iguales

manchas faciales

Seguro que eres consciente de que una de las formas de disfrutar de una piel hidratada y luminosa es beber agua suficiente. De todos modos, aunque nos cuidemos tomando dos litros de agua al día, nos lavemos la cara cada noche y nunca nos olvidemos de la crema hidratante y el sérum, pueden aparecer problemas ante los que intervenir. Por ejemplo, manchas faciales. Y no, no todas se deben a la exposición solar. 

Ahora que el sol empieza a ganar peso en muchos puntos del país, hay que reforzar las pautas de protección. No obstante, la protección solar ha de ser una constante durante todo el año. Hablamos de un FPS alto, de 50 como mínimo o incluso pantalla total en el caso de las pieles más sensibles. Tengas o no tendencia a sufrir manchas faciales. De hecho, las causas pueden ser diversas, no siempre se trata del sol. El motivo puede ser un fallo autoinmune, alteraciones hormonales o hasta factores genéticos. 

Es clave tener claro qué tipo de manchas hay para ser capaces de identificarlas. De todos modos, esto es cometido de un profesional de la dermatología. Será quien nos diga a qué tratamientos recurrir para combatirlas. Todas las manchas faciales tienen algo en común: la pigmentación cutánea. Podemos clasificarlas de la siguiente forma: 

  • Hiperpigmentación: manchas oscuras en la piel por una sobreproducción de melanina. 
  • Hipopigmentación: manchas claras. 

Manchas faciales por hiperpigmentación

Por ejemplo, las pecas o efélides. Se trata de microlesiones por la acumulación de pigmento. Son más comunes en pieles claras y no entrañan riesgos para la salud.

Por su parte, los lunares o nevus son neoformaciones de melanocitos. Son planas pero pueden tener relieves y distintas tonalidades (marrones, pardos o negros). Suelen ser circulares o variar de tamaño, color y textura. 

Manchas debido a la edad 

Aunque son benignas, son poco estéticas. Vienen motivadas por una alteración hormonal que se puede acentuar por una exposición al sol excesiva. 

Manchas solares o lentigo solar

Tienen forma de lenteja y el culpable es el sol. Para evitarlas es vital la protección solar alta. 

Melasma o paño

Aparecen sobre todo en las mujeres. Son planas, irregulares y pardas. Suelen aparecer durante el embarazo. Durante la gestación, algunas mujeres experimentan la aparición de manchas color café sobre todo en las zonas del bigote, los pómulos y la frente. Se debe a un aumento en la pigmentación de la piel principalmente por los cambios hormonales. Si tras dar a luz no desaparecen hablamos ya de un melasma. Este puede ser de tres tipos: epidérmico, dérmico y mixto. De todos modos, además de las alteraciones hormonales, influyen factores genéticos y el grado de exposición a la luz solar. Por eso en verano estas manchas pueden acentuarse.

Vitíligo 

Es más común en personas de piel oscura y se considera una enfermedad. Se trata de parches blancos delimitados y de gran tamaño. Aparecen en el rostro o en el resto del cuerpo. Se debe a un fallo del sistema autoinmune.

Pitiriasis alba 

Una de las manchas más comunes en la piel que no obstante pueden desaparecer con el tiempo si reciben hidratación continua.

Queratosis seborreica

Lesiones benignas que aparecen en forma de verrugas marrones y tienen tacto rugoso. Van apareciendo en la cara y el cuerpo con la edad.