Despido justificado: ¿ausentarse el trabajo es motivo suficiente para que nos echen?
Hoy, nos gustaría aprovechar estas líneas de nuestro blog para adentrarnos en un tema que siempre genera polémica. Hablamos de los despidos y la legislación laboral. ¿Se desprotege a los trabajadores? ¿Los empresarios no tienen libertad de despido? En esta ocasión, vamos a comentarte por encima un caso importante en el que ausentarse del trabajo no implica un despido justificado. Lo vemos.
En Encrucillada.es no somos ajenos a la posibilidad de ser despedido. Ese temor siempre está presente, más acentuado todavía en épocas de crisis e inestabilidad, como la actual con precios de calefacción o carburante disparados y en los que la alimentación se convierte en ocasiones en un bien de lujo.
El objetivo del trabajador siempre ha de ser mantener y mejorar sus condiciones laborales. Esto choca casi siempre con los intereses de la mayor parte de los empresarios, que buscan un mayor beneficio con una menor cantidad de costes. Esto desemboca en épocas de despidos, algunos justificados y otros no, abriendo el paso a litigios entre ambas partes.
Ausentarse del trabajo no implica un despido justificado. ¿Lo sabías?
Al menos, eso es lo que sacamos en claro en el caso de un trabajador que prestaba servicios para La Razón y al que se le fue comunicado el despido por motivos disciplinarios y debido a ausencias injustificadas en su puesto de trabajo. ¿Qué es lo que ocurrió posteriormente para que se diera el caso de no ser un despido justificado?
Según se plasmó en la carta de despido, la empresa había advertido previamente al trabajador a cuenta de sus ausencias. Pese a ello, este siguió ausentándose sin explicación alguna y sin que la empresa pudiese contactar con él. Tras la comunicación del despido disciplinario, el trabajador demandó a la empresa solicitando la calificación del despido como improcedente, presentando informes médicos en el que se prueban un «trastorno de ansiedad generalizada, así como agorafobia y psicopatología compatible con un trastorno evitativo de la personalizada y depresión recurrente».
Esta situación provocaba que el trabajador tuviera prescrita una medicación potente que le impedía estar en condiciones de asistir con regularidad a su puesto de trabajo. Del mismo modo, tampoco podía informar a sus superiores de los motivos de sus ausencias. En este caso concreto, la fuerza de los informes fue tan grande que el despido justificado quedó anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y ratificado por el Tribunal Supremo, que llega a esgrimir como motivo para tal el «extenso soporte médico de las enfermedades padecidas por el empleado».
Como vemos por el caso anterior, la no asistencia al puesto de trabajo no supone un motivo objetivo de despido disciplinario, pese a que la creencia actual va por otro camino. Si nos encontramos en una situación como esta, será fundamental ponerse en manos de profesionales. Nosotros contamos con nuestro abogado laboralista en nuestro bufetes de abogados en Mallorca, que asesora sobre las distintas opciones que tenemos ante cualquier inconveniente en mundo laboral. Tener información y asesoramiento es fundamental para tomar buenas decisiones. ¿Estás de acuerdo?