Sobrevivir al estrés en el trabajo sin volverse loco: misión posible

Sobrevivir al estrés en el trabajo sin volverse loco: misión posible

estrés en el trabajo

El despertador suena a las 7:00 AM (o antes), el café se enfría antes de poder bebértelo, el atasco es una pesadilla y cuando por fin llegas a la oficina, tienes 36 correos nuevos, una reunión que no sabías que existía y el boli que te gusta ha desaparecido misteriosamente. Y eso es solo lunes. Bienvenido al apasionante mundo del estrés en el trabajo, donde cualquier día puede sentirse como la final de una maratón… sin haber entrenado.

Es un secreto a voces: todos en algún momento hemos sentido que el trabajo nos aplasta un poco. Ya sea por exceso de tareas, jefes que se comunican con signos de exclamación o compañeros que creen que hablar alto equivale a ser más eficiente, el estrés laboral está a la orden del día. Pero, aunque parezca que no hay escapatoria, sí la hay. De hecho, hay formas reales (y más o menos divertidas) de combatirlo sin necesidad de huir al monte con una cabra como única compañía.

Las causas del estrés en el trabajo son muchas y muy variadas. Dependen de cada persona y, aunque son universales (por así decirlo), no son siempre las mismas. El activador no tiene que coincidir. Es por ello que una persona puede sufrirlo de una manera y otra de otro completamente distinto. Sin embargo, las soluciones que podemos poner en marcha sí que funcionan para todos. Eso es lo bueno. 

El estrés en el trabajo no se combate solo con vacaciones soñadas

A veces creemos que la solución al estrés en el trabajo es simplemente aguantar hasta las vacaciones. Pero no, no hace falta sufrir 11 meses para disfrutar 15 días. La clave está en ir gestionándolo día a día, como quien riega una planta para que no se muera. Aquí van algunas ideas que funcionan mejor de lo que parece:

  1. Aprende a decir que no. Suena fácil, pero en la práctica es todo un arte. No hace falta aceptar todas las tareas extra, todas las reuniones y todas las urgencias. A veces, un «me encantaría ayudarte, pero no puedo ahora mismo» es una obra de arte profesional.
  2. Haz pausas de verdad. Cinco minutos mirando el techo, respirando, o dando una mini vuelta por la oficina valen más que veinte con el móvil en la mano contestando mensajes de trabajo.
  3. Crea rutinas agradables. Nuestra recomendación más especial para luchar contra el estrés en el trabajo. Un café tranquilo al llegar, una playlist motivadora, un paseo al mediodía. Pequeños rituales pueden transformar tu jornada.
  4. Habla. A veces compartir cómo te sientes con un compañero puede aliviar más que un masaje. Y si el ambiente lo permite, el humor es una herramienta poderosísima.

En resumen, el estrés en el trabajo no es un monstruo invencible. Solo hay que aprender a bailar con él sin dejar que pise nuestros pies. La próxima vez que sientas que vas a estallar, respira, ríe (aunque sea por dentro) y recuerda: tú puedes con esto… y con ese Excel maldito también.