¿Cuál es la temperatura ideal para tomar la sidra?

¿Cuál es la temperatura ideal para tomar la sidra?

Una de esas preguntas que siempre generan algo de debate y de polémica: ¿Cuál es exactamente la temperatura ideal para tomar la sidra? Mucho se ha hablado y discutido sobre este tema, no ya entre los asturianos, sino también fuera de las fronteras del Principado. Vamos a tratar de poner un poco de luz a este asunto. ¡A ver si lo conseguimos!

Lo primero de todo es que la sidra, a diferencia del vino, no tiene una temperatura específica estándar. Los expertos en tintos o en blancos te podrán decir con exactitud cuál es el rango perfecto para poder degustar y saborear mejor todos sus matices. Con la sidra, en cambio, hay que tener presente otras variables externas y que harán variar ese rango idóneo.

Así, la temperatura ideal para tomar la sidra es ni muy fría ni muy caliente. Mucha gente afirma que sobre 12ºC es perfecto, añadiendo un par de grados más cuando sea invierno. Eso sí, por debajo de 10ºC nunca, ya que se perdería la posibilidad de disfrutar al máximo de todos los aromas y sabor de la bebida.

La sidra no deja de ser refrescante, por lo que no tiene sentido tomarla excesivamente caliente. Y, como ya hemos visto, si está muy fría tampoco es aconsejable, ya que pierde parte de sus propiedades.

Otro tema aparte de la temperatura ideal para tomar la sidra es la manera de enfriarla. ¿Cómo tenemos que hacer? Lo primero que tienes que saber es que jamás debes hacerlo en la nevera, ya que esto provocaría que la bebida estuviera por debajo de ese rango aconsejado. En cambio, un barreño con agua y hielo es la manera más aconsejable y tradicional. ¡No tiene fallo!

Otros consejos para disfrutar al máximo de la sidra

Aparte de la temperatura perfecta, para disfrutar de la sidra como es debido es importante que el culín esté bien echado. Para ello, tenemos tres opciones. La primera es acudir a una sidrería o llagar en el que nos la sirvan de manera profesional. Otra alternativa es que nosotros mismos aprendamos a escanciar y nos encarguemos de ello. Eso sí, practica con agua hasta que tengas destreza suficiente.

La tercera alternativa es contar con un escanciador de sidra. Hoy en día, existe una amplia variedad de ellos que nos permitirán degustar todos los matices de la bebida y, de paso, no manchar absolutamente nada en nuestro hogar. ¿Qué más se puede pedir?